Voy a dar un giro al blog, tras un período de descanso y estudio, aprovechando las vacaciones que aún me quedan.

Por un lado, esto que estoy haciendo ahora es muy poco provechoso y da mucho tabajo, e imagino que para muchos será molesto recibir tantos post hueros.

Por otr, en el lado científico-técnico, estoy pensando dedicar el blog no a difundir cosas divulgativas de terceros sino a exponer mis propias ideas en mi campo de trabajo y de interés, en el ámbito matemático y físico (bueno, parceltas de esos ámbitos), pero seguramente de manera informal, según me van saltando las ideas, con lo cual la mayoríaa de ellas serán simplemente erróneas e inútles, pero creo que este medio me será particularmente adecuado como instrumeto de recopilación.

En el aspecto político, creo que las cosas van de mal en peor en España, en lo que a la izquierda y el republicanismo se refieren. El republicanismo, débil y deshilachado, se encuentra secuestrado en España y por eso se ve incapaz de ofrecer la aletrnativa que potencialmente es (y es la única alternativa posible) a la grave crisis del país, a la que nos enfrentamos como sociedad. Por un lado, herencia de los movimientos comunistas de hace décadas, el uso instrumental que se hace del republicanismo. Tanto por parte del viejo reformismo (aunque se llame comunismo, marxismo-leninismo, etc.) que lo usa como una manera difusa e informe, como un grado intermedio de aproximación a «las masas», siguiendo el viejo concepto de «frente de masas» y por otro lado el partido como vanguardia que los dirige, y así plantea una plataforma política de mínimos que permita incorporarse a cualquiera al entramado del «partido» ty al proyecto final de «revolución proletaria», siendo así esas orgaizaciones de masas y esos republicanismos, falsos, no se le concede más vaor que como ese instrumento. Esto afecta sobre todo a los grupúsculos sesentaiochistas, o, como dicen algunos (que se mofan de los demás aún perteneciendo ellos tambiñen a ese entamado), la izquierda grupuscular. Pero también a lo que queda del viejo reformismo socialdemócrata que encarnó la IU de Anguita y en general el PCE desde Santiago Carrillo.

Otros que hacen un uso instrumental y prostituidor del republicanismo, son los de la izquieda posmo, que además es muy similar en lo shechos finales a lo que hace el social-liberalismo, es decir el PSOE. Esto ya es el colmo. Se trata de usar símbolos, estrategias de marketing vacías de contenido político y a las que se niegan rotundamente la posibilidad de que adquieran dicho contenido, pues es algo a lo que tienden por su propia naturaleza y por la necesidad impuesta. Se trata de reducirlo todo a nostalgia y a símbolos y liturgas pseudoreligiosas, todo ello políticamente inoperante, castrado, y cuya única función es crear mitologías fundacionales de la izquierda para fundamentar lealtades ciegas hacia sus grupos, y captar votos. Algo simplemente asqueroso y bochornoso. INcluyo en el posmo a los que hoy se denominan anaquistas, aunque desde mi punto de vista el anarquismo murió hace mucho tiempo, y los anarquistas de hoy tienen de anarquistas lo mismo que tienen de druidas esos que en los solsticios de verano se reunen en Stonehenge pretendiendo serlo, pese a que los druidas su cultura y las circunstancias históricas y sociales ue les daban sentido y les hacían surgir como necesidad desaparecieron hace dos mil años, y esos de hy responden a otra agenda y otro sentido, a la que conviene usar símbolos y «significantes vacíos» como elementos ideológicos y simbólicos para su proyecto. Otro tanto ha ocurrido a partir de los años 60 y ya definitivamente de los 90, con el comunismo, por cierto (me refiero al movimiento comunista, iniciado con Lenin y la revolución rusa, no al comunismo en general que es algo que tiene raíces históricas mucho más profundas y del cual lo anterior no fue sino una forma histórica concreta).

La tercera instrumentaalización, secuestro y castración que se hace del republicanismo procede del subproducto de la descomposición del reformismo hacia el posmopopulismo que consiste en la defensa a ultranza de ese viejo reformismo SD y la necesidad de volver a él, que a menudo se enmascara como «vuelta al marxismo», con un obrerismo chabacano y ultraoportunista, que llega a asumir rasgos de antiintelectualismo entre otas características reaccionarias, entre las que cabe destacar como número uno la asunción del españolismo, el rojopardismo en general, y toda esa ideología franquista forjada por la dictadura y cristalizada por la transición y que constituye el verdadero y más dañino franquismo sociológico. Llegan algunos a defender el absurdo del iberismo, demostrado con ello su idealismo en lo filosófico y con ello su contraposición al marxismo que tanto exaltan de boquilla, su falta de conocimiento de lo que es una nación y en concreto de lo que es España, lo que a menudo remiendan ocultado o negando la realidad, como cuando niegan la realidad de la opresión nacional española conra las otas naciones que coexisten en el Estado, tal cual es el caso de los catalanes, pese a ser patentísima, evidentísima, hasta ocupar titulares de prensa y hechos de los más notables en particular de los últimos años, en la prensa española y la Europea, pues esto ha desnudado al régimen frente a toda Europa. Por supuesto, no tienen en cuenta en esto del iberismo algo tan evidente como que Portgal es una nación hecha y derecha, bien forjada, mientras que España es una nación facasada como nación, que como tal ya no se puede completaar porque las naciones se construyen en el proceso histórico de construcción de la sociedad burguesa frente al Antiguo Régimen con lo que esto ya está acabado hace más de cien años (sociedad burguesa concreta y nación son lo mismo, son sinónimos, a pesar de las cantinelas místico-idealistas). Tienen otros rasgos reaccionarios, como su unión al conservadurismo y la reación al anti-islamismo como heramienta de la xenofobia (pretendidamente para oponerse al New Age pro-religioso del posmo) en radical oposición a la postura marxista frente a la religión y en total incomprensión de lo que es la religión, que no es simplemente uno conjunto de creencias del individuo como parecían creer los ilustrados, sino un elemento muy importante (esencial, en las sociedaddes pre-burguesas) del tejido social. Es decir, por un lado tenemos el posmo que asume la doctrina liberal de la libertad individual, aciendo caso omiso de la religión como fenómeno social y con ello reduciendo la liebrtad individual a meras excusas para aniquilar las opresiones entretejidas en la estructra de una sociedad y con ello la libertad individual de los individuos de determinados grupos. Por otro lado, tenemos la postura rojopardista que, como en otras cosas, no dista mucho de la de la extrema derecha, que con la excusa del laicismo, del republicanismo y de que los marxistas eran ateos, y de nuevo haciendo completa abstracción de la religión como fenómeno social y de que por tanto las creencias de un individuo tienen un sentido u otro según de la sociedad de que hablemos, etc., presumiendo eso sí de marxistas (pese a que su postura es renegar del marxismo, tanto de su teoría como de su tradición), se unes a loas hordas que usan la islamofobia como medio de propagar y fomentar el racismo y la xenofobia en Europa. Luego dirán que ellos no son «porgres»; que los «progres» son solo los posmos, y tratarán de obscurecer el hecho de que ellos son tan posmos como los abiertamente posmos. En el passado, hubo una postura que superaba esta falsa dicotomía entre las dos caras de la moneda burguesa y reacccionaria, que fue la postura marxista, que puede consultarse aquí, y que básicamente se centraba en desarmar a la religión como mecanismo de división de unos obreros contra otros (es decir: dessactivar la apuesta del rojopardismo y el conjunto de la reacción) y tant bajo el capitalismo como el socialismo, desactivarla como entramado social por medio de reducirla al ámbito de las libertades individuales reales y efectivas por contraposición a la hipocresía burguesa, que usa la libertad individual para levantar y sustentar eso teidos de opresión, y por mucho que en épocas de revolución en que era perentorio luchar conra la militancia violenta y reaccionaria de las iglesias o de determiandos grupos religiosos, se cometieran o n excesos «excesos» y de que bajo el socialismo, siguiendo precisamente la norma de la religión como libertad individual y la desarticulación de la religión como mecanismo de opresión, se impidiera la labor subversiva de uno u otro grupo, todo ello a la vez que se educaba y propagaba la racionalidad y el sentido crítico y científico, fomentando con ello se quiera o no el ateismo. Hoy, nadie defiende la postura marxista (bueno, yo sí, pero yo no soy marxista y soy solo una persona aislada).

También en radical oposición al marxismo tanto en su teoría como en su tradición histórica, pretenden erigirse en administradores de los flujos de mano de obra internacionales, adoptando discursos anti-imigración y poniendo con ello la establidad de la sociedad burguesa por encima de los intereses de la clase obrera, rediciendo el ahorizonte al de la aristocacia obrera, es decir, al mejor acomodo de estos sectores en la sociedad buguesa aunque sea a costa de los derechos más elementales de otros sectores de la clase obrera, y sin dudar en declarar la necesidad de la persecución legal de determinados sectores de la clase obrera (todo esto es una clara herencia del viejo reformismo de la aristocracia obrera). Algunos de estos se caracterizan también por su exhibición identitaria e histriónica de lo soviético reducido a folcklore y de una supuesta adherencia a la figura de Stalin, dano con ello en últimsa instancia por bueno por bueno lo que la propaganda burgfuesa lleva décadas soltando conra él. Es decir, bajo la cubierta de combatir el posmo y de volver a la verdadera izquierda, tenemos aquí la influencia abierta de la ideología nacional-católica fruto del triunfo franquista que culmina con la transición. Todo esto es el rojopardismo. Por supuesto, no hay que confundir el rojopardismo con su sector más patético, ridículo y minoritario, el de los Armesilla y el buenismo (por Gustavo Bueno, el gurú fundador), que no siendo más que una colección de niños-rata que no salen de la Internet, son en realidad intrascendentes y sin influencia más allá de la que algunos pardillos les quieran dar, como cuando Carlos Hermida y la Federación Republicanos (del hoy básicamente posmo nuevo PCE(m-l)) llevaron a Armesilla a dar una charla. Los sectores rojopardistas de interés, por tener más influencia y bloquear caminos, son los aparentemente más moderados, que incluyen eso sí a seguidores de Gustavo Bueno como es el caso de algunos miembros del PCE que llaman por volver al pasado (carrillista) y hacen su mesa bramando contra el posmo. Es paradójico, porque el posmo no es ás que un desarrollo de lo que ya estaba asumido, desde los 60 por el carrilismo y el PCE que vino desde Carrillo, y de hecho podemos ver sus mismos fundamentos.

No todo este rojopardismo instrumentaliza el republicanismo, pues ese recfhazo al marxismo (aunque lo manifiestan como lo contrario) les lleva a no ser capaces de comprender el carácter fundamental de la República en el contexto de la lucha de clases objetiva en España (por desgracia, aún no elevada al plano de los subjetivo más que por el lado de la oligarquía que, por estar en el poder, no puede existir si no es sujeto y se ve avocada a una actividad incesante y proactiva al respecto); que lo que ellos defienden como lucha de clases es lo que Marx y Lenin establecián te´roicamente como que no era lucha de clases; que ni siquiera tienen claro el concepto de clases sociales, de sociedad estructurada en clases, como no tienen el de nación , y que reniegan del concepto marxista de clase obrera para irse a concepciones reformistas y directamente antimarxistas como el de «todos los asalariados son la clase obrera»). Por supuesto, yo misma he criticado la concepción marxista como errónea en un aspecto: el de que la clase obrera ea la que estaba llamada a hacer la revolución y transformar la sociedad, frente a mi tesis de que la clase obrera ha seguido el ciclo vital de ascenso y descenso de la sociedad burguesa y que hoy, en pleno declive de esta, es inoperante; y que, paradójicamente, tiende a formarse una neva clase que efectivamente tiende a agrupar a todo el trabajo asalariado, que tiende a elevar a trabajo productivo formas de trabajo que en la sociedad burguesa no lo son (como la ciencia) y que son ciertos sectores ligados a estos los que de hecho tienen el protagonismo en la lucha política, aunque descabezados y manipulados por la reacción y las plataformas del Partido Demócrata USA, y que eso nos de una indicación de por dónde van las cosas. Una clae que no se puede formar como tal bajo el sistema capitalista o más pre4cisamente bajo la sociedad burguesa, exactamente como le pasaba a la clase capitalista, y a la clase obrera, bajo el Antiguo Régimen. En general, todo el reso del marxismo, en particular y muy en especial su metodología y su filosofía, me parecen que es lo correcto Pero desde luego yo no presento mis ideas como marxismo, a diferencia de lo que hace el rojopardismo, que comienza por renunciar filosóficamente al marxismo y no a tal o cual tesis (solo conserva smbología y folcklore, significantes vacíos: véase el fundamento posmo de esta gente). Recordemos que Gustabo Bueno declaraba invalido el materialismo-deialéctico y pretendía sustituirlo con esa farragosidad propia de un PLotino que él llamaba «materialismo filosófico». Plotio era desde luego fascinante y encuentro cosas fascinantes en Gustavo Bueno, como que se daba cuenta que la ideología en la concepción marxista no es esa chorrada que defienden los amrxistas de hoy, de que es un sistemade ideas que dan una cosmovisión y que cada clase tiene la suya propia (lo cual es falso, otra cosa es la tesis de las dos ideologías de Lenin y que significa que cuando la clase obrera se constituye subjetivamente en clase construye y asume su propia ideología que encarna la de la neuva sociedad frente y en contra de la ideología de la sociedad presente, que es la ideología propia de la buguesía por su caráctrr dr clase pero, en tanto que ideología, lo es de toda la sociedad); y así, señalaba cmo elementos de la burguesia no solo un entramado de ideas, sino cosas cmo el aparato jurídico… todo esto se obtiene directamente leyendo a Marx, otra prueba de que los marxistas de hoy no han leído a Marx más allá de, como mucho, un folleto propagandístico y simplificatorio como el Manifiesto Comunista. Pero por muy fascinante que sea, Gustavo Bueno es un reaccionario amen de farragoso.

El secto del rojopardismo que instrumentalzia el republicanismo es precisamente el españolista, el que, como la oligarquia y su instrumento el franqismo, pretende completa lo ya incompletable, es decir: la construcción de España como nación que absorva en su seno a las otras naciones del Estado, como la catalana o la vasca. Y pretenden que el instrumento para levar a cabo tal despropósito es la República. Esto es rojigualdismo puro y duro. Es completar el progama oligárquico y completarlo conra las fuerzas históricas, impica anque no se quiera ver las hostias contra el pueblo. implica el franquismo. Una España unida solo es posible sobre la base de la más amplia libertad nacional de las naciones que la integran, que no son solo la española, sin reconcer el hecho de que naciones como la catalana, la vasca o la gallega no son parte de la nación española, con conceptos tan absurdos y contradictorios como el de «España, nación de naciones»; siendo la exclusividad uno de los rasgos definitorios y que más saltan a la vista del concepto de nación. Prueba del carácter reaccionario de esa posición la vemos cuando nos niega la evidentísima opresión nacional que se da en España contra, por ejemplo, los catalanes. Y conduce a aberraciones políticas como el pretender el que todo es lo mismo, que Castilla es una nación,que Andalucía es una nación, que Valencia es una nación… lo mismo que pretendió el régimen conla transición con el Estado de las autonomías, como medio de negar el carácetr nacional de catalanes, vascos y gallegos. Y obsérvese que en esto conciden con los posmo y en paricular con el nacionalismo vasco que trató de expandirse o de buscar apoyos promocionando en Castilla el «nacionalismo» castellano. etc., y viendo naciones por todas partes, una concepción subjetivista de la nación, com capricho, como ilusión, como mentira pues. Ya he dicho que, como castellana, simplemente, me siento indignada e insultada cuando se dice que Castilla es una nación, de que se utilice a mi tierra de origen (de origen y de todo lo demás), a la que siento tan profundamente, como contraposición a mi nación, a la que también siento profundamente, que es España. Una vez que se admite la racionalidad y se estudian las cosas rigurosamente, es muy fácil de entenderlo todo y en particular de entender qué es España, y con ello los graves problemas que afronta, su mismísima gravedad. Los negadores de la razón de uno utro signo, en especial los españolistas, no pueden entender ni qué es España ni estos problemas ni su gravedad, y se ven abocados al fanatismo y nos llevan al desastre, reduciendo el razonamiento al chistecito ridículo-tabernario, a la admonición inquisitorial contra el «enemigo» de su idea y demás cuñadeces.

Por la derecha, tenemos un problema desde la iquierda, y es que en España no hay una derecha democrática más allá de la derecha de las naciones periféricas, como los catalanes o los vascos, pero no una derecha española democrática. La derecha española es franquista. En las últimas generaciones quizás ha aparecido un pequeño numero de jóvenes liberales de tendencia democrática, pero no tengo claro que, dada la catastrofica situación del país, y con los conflictos y pasiones que ello provoca, no acabarán siendo reabsorvidos en el fraquismo. Este problema es tambiñen gravísimo

En lo político, no veo esperanzas. No veo que nadie coja el toro por los cuernos y ni siquiera sea capaz de ver. la falta de espíritu científico y racional-crítico es total en unos y en otros, se dejan arrastar por sus tonterías idealistas. Ni grupos políticos grandes, ni pequeños, ni diminutos. Lo que es más grave: todo esto viene de vicios culturales e ideológicos, a su vez enraizados en lo social y en el curso histórico seguido, en el pueblo. Por eso no brota nada del propio pueblo. En lo presonal, en este ámbito de lo político, siento la soledad más absoluta que además se arava, cuando por la degradación de la situación y al abismo al que nos dirigimos, cabría esperar lo contrario. De aconsejar algo a los jóvenes, les aconsejaría que si tiene la posibilidad, se marcharan de España, quizás a Escandinavia o puede que al Reino Unido, lugares que me encantan por su clima y sus paisajes, entre otras cosas; pero allá cada uno con sus gustos preferencias. Creo que España va a ser de esas sociedades que los futuros libros de historia recordarán como que se hundieron en el abismo por degeneración y falta de energía de la propia sociedad, como ha habido tantísimas en la historia.

Por todo ello, dejaré de prestar atención práctica a la pooítica y me retiro a lo meramente especulativo, dejaré de llamar a apoyar a tal o cual grupo, pues no veo a ninguno a la altura de las circunstancias o que de una u ora manera no nos meta en rumbo hacia el abismo. Me limitaré además a exponer mis ideas, cosa ue he relegado para prestar atención a la actualidad que considero de interés.

Lo dejo así, ni siquiera voy a corregur la ortografía de la desesperación que siento.